Maternidad real y rutina de cuidado: entre pañales, ojeras y amor

Escribo mientras ruego al universo que Lena no se despierte y haga una siestita de media hora por lo menos. Nunca se sabe si dormirá cinco minutos, media hora o si se despertará apenas la acueste. Así es mi pequeña de 4 meses: lucha cada vez que va a dormir.

La maternidad es desafiante. Apenas tengo meses en este nuevo rol y, pfff… es una montaña rusa de emociones. Creo que nunca estuve tan cansada como ahora. Pero no todo es tortura: cuando me mira a la cara y me reconoce es hermoso. Me llena el corazón. Ni hablar de la hora feliz: el baño. Lo ama. Es nuestro momento favorito del día.

Pero mi día nunca acaba. Es literal 24 horas. Lena se levanta cada rato en la noche a pedir teta. Así que se me va acumulando el cansancio. Y cuando llega mi momento, mi baño… por más que mi esposo esté con ella, nunca se sabe si va a pedir teta. Entonces, puede ser un baño express o uno donde me pueda encremar hasta el alma. Generalmente, me lavo la cara y, si no estoy por tirarme a la cama, me pongo una hidratante y listo.

Los fines de semana puede que me haga un mimo, pero la verdad, siendo muy sincera, priorizo dormir. Sé que siempre se dice: "Mamá feliz, bebé feliz", pero muchas veces no tenemos ni tiempo para respirar. Y siempre alguien dirá: "Son solo cinco minutos", pero no es solo el tiempo. Son las ganas. Ya tendré más energía y haré la mega rutina. Pero por ahora, como siempre digo: lo más importante es lavarte el rostro e hidratar.

Todo pasa. Esta etapa es corta, o eso dicen. Y sí, mi chiquita ya tiene 4 meses. Si tienes ganas, una mascarilla reparadora cada tanto es la gloria. Si no, con lavarte los dientes y la cara antes de dormir, ya es una bendición.

Eso sí: tenemos que tener en cuenta que, a la hora de tener una rutina, en esta etapa todo cambia: las hormonas, la piel, los tiempos. No es momento de exigencias. Es momento de escucha, mimo y aceptación.

Celia ❤️❤️❤️

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